Editorial 22

Estos últimos años se han parecido mucho. Tanto que a veces nos cuesta saber cuándo fue exactamente qué sucedió tal o cual cosa.

Prestar atención

Estos últimos años se han parecido mucho. Tanto que a veces nos cuesta saber cuándo fue exactamente qué sucedió tal o cual cosa. Se nos exige recordar con precisión en medio de una nebulosa de días y meses y más de un año que ha tenido mucho de loop.  Posiblemente busquemos ayuda en las agendas, en el correo, en esos precisos ayudamemorias que nos permiten organizarnos y seguir adelante de la manera más eficaz posible con toda la tarea, y más, con la mismísima vida.

El año que pasó inauguró la muestra “Simbiología. Prácticas artísticas de un planeta en emergencia” en el Centro Cultural Kirchner. Allí, Fundación Medifé acompaña los programas públicos, ese espacio de mediación entre la muestra y sus múltiples audiencias: los niños de escuelas secundarias, los adultos mayores de centros de jubilados, los paseantes que se acercan espontáneamente y tienen guías para el recorrido, etc. Ayer, participé en la grabación de un documental en dos capítulos que se está produciendo para Canal Encuentro sobre la muestra. ¿Es importante? Muy mucho. Menos por lo que yo pueda decir que como una oportunidad para concientizar acerca de la importancia de acercarnos a la urgencia real, sin miedo, pero con sensibilidad, del problema mundoambiental. Como Fundación de una empresa de salud, esta realidad de la T/tierra que habitamos junto a las especies compañeras es parte del sentido ampliado que Fundación Medifé quiere darle al concepto “salud”. Despegar el cuerpo de su destino de organismo o de herramienta y situarlo con lxs otrxs en un ambiente que necesita ser escuchado y atendido.

Muchos son lxs autores que podemos leer para avanzar en la comprensión del problema mundoambiental, de las nuevas y veloces transformaciones que afectan la vida de todxs, y cómo muchos de ellxs imaginan el mejor recorrido posible para prevenir y atender las urgencias del asunto. Para mí, para nosotrxs, hay una perspectiva que enfatizar: la del cuidado. Ayer, en esa grabación, retomé el libro de Joan Tronto de nuestra editorial, ¿Riesgo o cuidado? porque creo que tiene una clave de lectura interesante y rica para aproximarnos a los escenarios que muchas veces se nos cuentan al modo de catástrofes. Entender, plantea Tronto, que frente a la ansiedad que dispara la idea de vivir en riesgo, podemos disminuirla, pensando el problema desde el punto de vista del cuidado. Es decir, todas las personas somos contemporáneas de la vulnerabilidad y la necesidad (todxs en distintos momentos y de distinta manera necesitamos ser cuidados), pero no necesariamente es siempre difícil y dolorosa, hay también una posible experiencia de alegría. Podemos asumir con sensibilidad amorosa y responsabilidad política -a quienes les toca- esta tarea, sin banalizar el riesgo, sino resignificar su importancia y dedicarle el cuidado justo.

Una autora que también me ayuda a entender este momento medioambiental, de discusiones a la vez abstractas, pero también urgentes y concretas, es Isabelle Stengers. Su propuesta en torno al arte de prestar atención va en el mismo camino que señalé más arriba. Ella no habla de la “capacidad” de prestar atención sino de la necesidad de convertir ese momento en un “arte”. ¿qué nos quiere decir? Que se trata de un aprendizaje y un ejercicio de “cultivo”, de sostener el tiempo, de saber esperar. Deberemos -todxs, los que habitamos la tierra- entender que hay urgencia pero que nada bueno surge del apuro, tendremos que hacerle lugar, tratar de entenderla, hacer crecer esa fuerza de lo que incomoda hasta volverla campo vibrátil de pensamiento.

 

Es verano, hay más tiempo de luz durante el día y quizás -algunxs- con más tiempo disponible: cultivemos el arte de prestar atención, es una forma del cuidado que se ha vuelto imprescindible para habitar y vivir más saludablemente.

 

Daniela Gutierrez
Gerenta General

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