Aun en épocas de confinamiento la literatura nos ofrece un viaje afuera. Siempre distinto, cada libro de ficción compromete a quienes leemos en algún modo de salida. Leer ficción es suspender por un tiempo todo el estatus de lo real, para dejarnos tomar por otros modos de lo posible; es una manera hermosa y desafiante de experimentar otros tiempos en el puro presente.  En eso estamos, entonces, trabajando en los tramos finales del Premio Fundación Medifé-FILBA a novela publicada 2019. Lo concebimos como un pase de magia temporal que recupere para este hoy (y sus claves nuevas de lectura) aquellas novelas que se escribieron y publicaron el año pasado, en aquel otro mundo en el que vivíamos.

Junto con Fundación FILBA, nos propusimos aunar esfuerzos y saberes distintos con un mismo objetivo: rescatar las novelas y los escritores del mar de novedades, para que recuperen visibilidad a partir de la atenta y experta mirada de tres jurados de lujo. Eugenia Almeyda, Luis Chitarroni y Beatriz Sarlo tienen un gran desafío: llegar de los 10 primeros finalistas a 5 y luego elegir de común acuerdo al ganador del premio. Durante este tiempo de espera, nuestra intención es ampliar la conversación sobre un premio nuevo y necesario, uno que sea también reconocimiento a la labor de los editores y editoriales, a todos los que en el camino que va de la escritura a la lectura, han agregado valor a esa novela. Un mercado alicaído pero vivo, un grupo de nuevas y pujantes editoriales, un recorrido federal, son parte de lo que nos movió a pensar el premio FMF.

Y siempre la misma pregunta: ¿por qué creemos que esta acción se vincula con la salud en su sentido amplio? Busco no alejarme de esta indagación porque su respuesta acentúa la construcción de una identidad institucional potente y direcciona los propósitos. Entiendo que en la experiencia de la lectura –como afirma el filósofo Jorge Larrosa- siempre se lee porque sí y en ese sentido se emparenta con la vida. Vivir es siempre sentirse viviendo, el sentimiento de vivir se da siempre como una sorpresa, “como si de golpe tocáramos la vida de la vida. Lo que podría ser su centro, su entraña, su latido” y se lee para sentirse leyendo, para sentirse vivo leyendo. Esa es la apuesta que levantamos al proponer el Premio Fundación Medifé Filba a novela publicada, estamos a la espera del libro ganador.

Todavía estamos trabajando desde nuestras casas, nos estamos cuidando para cuidar también a los otros, porque entendemos que la salud es parte de lo “común” y por lo tanto nos implica a cada uno. Nuestras acciones están poblando el espacio virtual, nos comunicamos por ese medio y allí ofrecemos todo lo que hacemos. El imperativo de navegar el mundo y nuestras propias vidas tiene sentidos que iremos descubriendo en los pliegues y despliegues del tiempo; pero a través de la tecnología asumimos un nuevo desafío con entusiasmo; redefinir “remoto” hasta encontrarle una dimensión de proximidad que nos permita acercarnos y llegar con nuestras propuestas de cultura para la salud cada vez a más audiencias.

Daniela Gutierrez

Gerenta General Fundación Medifé

Agosto del 2020